Etiquetas: Historia de la peregrinación

ETAPA 5: DE LOGROÑO A SANTO DOMINGO DE LA CALZADA – CAMINO FRANCÉS EN BICICLETA

Distancia a Santiago: 612 km

Distancia en etapa: 50 km

Tiempo estimado: 4 – 4,5 horas

Cota mínima: 740 m

Cota máxima: 380 m

Dificultad de la ruta: Media – baja

Lugares de interés: Navarrete, Nájera, Santo Domingo de la Calzada. Opcional el desvío a San Millán de la Cogolla para ver los Monasterios de Yuso y Suso.

Mapa de itinerario: Para ver el recorrido en Google Maps pincha aquí

Etapa 5 del Camino de Santiago desde Logroño hasta Santo Domingo de la Calzada

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PERFIL Y RECORRIDO GENERAL DE ETAPA

Al salir de Logroño por la zona industrial llegamos a un carril bici que en ligerísima rampa (de cerca del 1,5%) nos hace aparecer en el borde del embalse de La Grajera en menos de 2,5 km.

Embalse de la Grajera con Logroño al fondo

Embalse de la Grajera, con Logroño al fondo (fotografía cedida en Flickr por Giovani Riccardi bajo las siguientes condiciones)

Bordeamos el embalse por la derecha, en un sendero sin inclinación que terminará en una carretera estrecha en rampa. Debemos subirla durante 1 km hasta llegar al borde de la autopista A-12.

Seguimos por esa pista asfaltada con la autovía a nuestra derecha durante poco más de 1 km, cuando nos incorporamos a la N120 durante sólo 200 m, ya que debemos coger una salida señalizada a la derecha y que nos lleva a cruzar la AP 68 por un paso superior. Todo este tramo desde el embalse hasta la AP 68 lo hacemos en ligera pendiente por pistas asfaltadas o de gravilla bastante cómodas. Precaución únicamente al cruzar la N120.

Desde que cruzamos la AP 68 por ese paso superior el perfil va a ser de ligera rampa hasta que lleguemos al Alto de San Antón (kilómetro 20 de etapa). Es decir, en los siguientes 9 km superamos una diferencia de cota de 230 m, alternando pistas de gravilla con otras asfaltadas entre campos y viñedos.

Navarrete está en lo alto de una especie de cerro. Tras cruzarlo salimos por la N 120, que seguimos durante 1,5 km hasta ver una pista de grava que sale a la izquierda, marcada con un miliario con la flecha amarilla.

Vista del pueblo de Navarrete desde el trayecto del Camino de Santiago

Vista de Navarrete desde el camino (fotografía cedida en Flickr por Hans-Jakob Weinz bajo las siguientes condiciones)

Durante 1,5 km debemos seguir esa pista de tierra en ligera rampa hasta girar a la derecha para acercarnos de nuevo a la N120 y continuar paralelo a ella hasta ver una bifurcación a la izquierda. Un letrero nos indica que si cogemos esa senda a la izquierda pasaremos por Ventosa y debemos escoger si queremos cruzar esta localidad u obviarla.

Si pasamos por esa localidad recorreremos 1,3 km hasta llegar a ella por una senda de grava, en una ligera rampa de menos del 2% que alterna con tramos planos. Tras visitarla volveremos al sendero recorriendo un poco más de otro kilómetro hasta girar a la izquierda y llegar al Alto de San Antón.

Si no queremos pasar por Ventosa recorreremos poco menos de 3 km en línea recta, con la A-12 a la derecha, hasta llegar al Alto de San Antón.

Siguiendo el mismo sendero de tierra entre campos agrícolas cruzaremos la A12 por un paso subterráneo, continuando después con la carretera a nuestra izquierda. En ligera pendiente llegaremos hasta Nájera en menos de 6 km, entrando por su zona de polígono industrial.

Ribera de los lo ríos de Najerilla y Nájera

El río Najerilla y Nájera en su ribera (fotografía cedida en Flickr por Jose Antonio Gil Martínez bajo las siguientes condiciones)

Salimos de Nájera por el este por la calle Costanilla, asfaltada y en cuesta. Tras 800 metros el firme pasa a ser de grava y así seguirá siendo hasta que lleguemos a un cruce de caminos señalizado, donde volveremos a coger pista asfaltada. El perfil va a ser en general, muy suave.

Agradable paseo entre campos en el que cruzamos Azofra (kilómetro 34 de ruta) y volvemos a llegar al borde de la A12. Tras ir paralelos a ella durante 1 km llegamos a una rotonda que cruzamos.

Tras cruzar la LR 207 en esa rotonda para llegar a una senda de tierra, vemos que el camino se bifurca, marcado con una señal y flecha amarilla.

Si vamos hacia la izquierda seguiremos por una senda de tierra en rampa entre campos hasta llegar a Cirueña, donde podremos visitar la ermita de la Virgen de los Remedios. Es una diferencia de cota de cerca de 150 m en unos 5 km. Saldremos luego de Cirueña por otra senda de tierra, pero en ligera pendiente y con perfil suave. En cerca de otros 5 km llegaremos a Santo Domingo de la Calzada.

Si, una vez pasada la LR 207, seguimos recto en vez de ir hacia Cirueña, tendremos que recorrer un poco de más de 9 km cerca del borde de la A12 por una pista de grava. Durante los primeros 4 km tendremos más saltos pero luego el perfil se volverá muy suave hasta entrar en Santo Domingo de la Calzada, donde está el fin de la etapa.

En resumen, en esta etapa se supera una diferencia de cota de cerca de 350 m, pero se realiza de manera gradual. Hay dos puntos en los que el perfil se vuelve un poco más escarpado, en la llegada al Alto de San Antón tras pasar Ventosa y al pasar por Cirueña, antes de entrar en Santo Domingo de la Calzada.

Además, hay tres variaciones de ruta que podemos hacer:

  • Elegir pasar o no por Ventosa cerca del kilómetro 17 de ruta. 
  • Elegir pasar o no por Cirueña en el kilómetro 38 de ruta. Si elegimos ir por esta localidad la diferencia de kilometraje de etapa no varía mucho, pero sí que nos exige alcanzar una cota un poco más alta.
  • Ir a visitar el Monasterio de San Millán de la Cogolla desde Azofra para volver por Cirueña hasta Santo Domingo de la Calzada. Haremos 33 km en vez de 14 km desde Azofra hasta el fin de etapa, pero la visita vale la pena.

En general, esta etapa es sencilla. Buen firme, diferencias de cota pero que superaremos en rampas ligeras continuadas. Muchas de las pistas que cogeremos hoy son perfectas para ciclistas. ¡Una etapa para disfrutar!

CONSEJOS PRÁCTICOS

  • Si empezáis en Logroño, en Tournride os ayudamos a llegar hasta allí. Logroño es una ciudad muy bien comunicada, con aeropuerto y estación de tren y autobuses.

Ir en autobúsAquí podéis ver las conexiones de autobuses con el resto de España y las compañías que realizan cada trayecto (algunas de ellas son Alsa, Bilman Bus y PLM).

Ir en tren: La estación de tren está aquí y lo mejor para saber sus conexiones es visitar la página de Renfe, ya que con transbordos se puede llegar casi desde cualquier sitio.

Ir en avión: El aeropuerto está aquí, a 9 km de Logroño y hay que ir en él en taxi o en coche propio. Sólo tiene conexiones regulares con Madrid. La otra opción es volar a Pamplona y coger desde allí un autobús.

Recordad que en Tournride os dejaremos las bicicletas en vuestro alojamiento en Logroño si comenzáis allí y podemos llevarnos vuestro equipaje sobrante para que os esté esperando en vuestro fin de camino.

  • Desde Navarrete a Nájera hay más de 13 Km sin ningún lugar en el que aprovisionarse, a no ser que pasemos por Ventosa a mitad de camino. Si no vais a querer parar en Ventosa, coged provisiones en Navarrete.

ITINERARIO DETALLADO Y PATRIMONIO HISTÓRICO-ARTÍSTICO

Esta etapa, que recorremos en su totalidad por La Rioja, nos permitirá visitar entornos naturales tan impresionantes como el del río Najerilla y visitar algunas de las localidades jacobeas más emblemáticas.

Iniciaremos el día por una agradable vía verde que, cruzando el paisaje riojano, nos llevará hasta Navarrete, donde podremos ver los impresionantes restos tardorrománicos de San Juan de Acre. Atravesando lugares llenos de leyendas como el poyo de Roldán alcanzaremos Nájera, donde disfrutaremos de su impresionante patrimonio y entorno natural y conoceremos otras leyendas y apariciones milagrosas. El camino nos llevará así hasta Santo Domingo de la Calzada, una de las más míticas localidades jacobeas, fundada por el hoy santo Domingo García en el S. XI, que dedicó su vida a construir infraestructuras para facilitar la peregrinación a Santiago.

Podremos, además, desviarnos para visitar el conjunto monacal de San Millán de la Cogolla, considerado el lugar de nacimiento de la lengua española.

¿Se puede pedir más?

SALIMOS DE LOGROÑO POR EL EMBALSE DE LA GRAJERA Y VISITAMOS NAVARRETE

Salimos de Logroño por el polígono industrial y desde la Avenida de Burgos llegamos a una rotonda donde vemos el parque de San Miguel detrás. Desde allí cogemos un paso subterráneo que cruza la LO-20 y nos hace salir de Logroño.

Desembocamos en una agradable vía verde que nos lleva por el parque de La Grajera hasta llegar al embalse. Bordeamos luego el embalse por esa misma vía. 

El embalse de la Grajera se creó en 1883 para regar las huertas cercanas a la ciudad y poco a poco se fue acondicionando como parque. Si recorréis esta ruta en un día caluroso y al ver el agua pensáis en daros un baño, ¡ni se os ocurra! Es un área medioambiental protegida y se estudia el ecosistema del agua, por lo que no se permite ningún tipo de interacción humana con ella.  

Embalse de la Grajera

Embalse de la Grajera (fotografía cedida en Flickr por Total13 bajo las siguientes condiciones)

Subimos la rampa desde el embalse hasta llegar a la valla que marca el borde de la A12, en donde los peregrinos han colgado muchas cruces de madera. A lo largo del camino veremos que hay más lugares en los que se repite esta tradición.

Seguimos el camino hasta cruzar la AP 68 por un paso superior y ver a nuestra izquierda los restos de la iglesia del Hospital de San Juan de Acre. Tras su excavación, los restos más interesantes se llevaron al cementerio de Navarrete, que veremos a nuestra salida del pueblo.

LLEGAMOS A NAVARRETE, EN EL CERRO TEDEÓN

Navarrete se encuentra en la cima del cerro Tedeón. Esta posición estratégica hizo que hasta el S. XVI tuviese un carácter muy defensivo, con un castillo en la cima y rodeado de murallas. Poco a poco se fueron tirando todos esos elementos hasta coger la forma que tiene hoy en día, con dos calles mayores paralelas en la ladera del cerro y con el Camino de Santiago atravesándolo de este a oeste.

En el centro está el principal monumento del pueblo, la iglesia de la Asunción de la Virgen. En el exterior sus líneas renacentistas son sencillas pero, si tenemos oportunidad, vale la pena entrar para echar un vistazo al maravilloso altar y retablo de estilo barroco, completamente cubierto de tallas doradas.

Seguramente nos llamará la atención la cantidad de referencias y venta de alfarería en el pueblo y es que Navarrete es uno de los centros alfareros tradicionales más importantes de la península. Su tradición alfarera se remonta a los tiempos romanos, cuando con el barro del río Najerilla se elaboraban piezas de la llamada “terra sigillata”, un tipo de cerámica romana de color rojo.

Iglesia de la Asunción de la Virgen en el pueblo de Navarrete

Iglesia de la Asunción de la Virgen en Navarrete (fotografía cedida en Flickr por Carmelo Peciña bajo las siguientes condiciones)

Salimos por el pueblo por la N120 y encontramos a nuestra izquierda el cementerio del pueblo, donde como ya hemos dicho veremos los restos de la iglesia de San Juan de Acre.

Piedra a piedra movieron los restos desde su emplazamiento original hasta este punto, donde sigue impresionando el grosor y la calidad de los muros y su sillería. La puerta del cementerio es la antigua puerta norte de la iglesia y está flanqueada por dos grandes ventanas que antes estaban en la cabecera del templo.

En Tournride recomendamos que os acerquéis para ver bien los detalles decorativos de todo el conjunto, de estilo tardorrománico. Hay numerosas representaciones de leyendas (como la de Roldán y el gigante Ferragut, que luego explicaremos más profundamente), pasajes bíblicos como la lucha de San Jorge y el dragón y otras más tiernas como ángeles abrazándose.

La iglesia de San Juan de Acre en el cementerio del pueblo de Navarrete

Restos de la iglesia de San Juan de Acre en el cementerio de Navarrete (fotografía cedida en Flickr por Carmelo Peciña bajo las siguientes condiciones)

Allí podremos ver también un placa en recuerdo de Alice Craemer, que murió en 1986 al ser atropellada por un camión mientras hacía el Camino.

DE NAVARRETE A NÁJERA: DECIDIMOS VISITAR VENTOSILLA Y CONOCEMOS LEYENDAS DE LUCHAS CONTRA GIGANTES

Seguimos nuestro camino y, tras unos 4 km, al pasar por debajo de un paso superior de la A12 y siempre con la autovía a nuestra derecha, veremos un cartel que indica el desvío a Ventosa. Si pasamos por esta localidad sumamos cerca de 1 km a la ruta.

Hay que tener en cuenta que si no pasamos por Ventosa, nos quedan 9,5 km para llegar a Nájera, por lo que si queremos comer o vamos faltos de agua no es mala idea pasar para aprovisionarse. En Ventosa también hay un albergue con un sitio cerrado para guardar las bicis.

Vayamos por Ventosa o no, pasamos por el Alto de San Antón (675 m de cota) desde donde veremos por primera vez Nájera a lo lejos (485 m de cota). No la perderemos de vista durante los siguientes 7,5 km que realizaremos en ligera pendiente hasta llegar allí.

Camino entre árboles verdes desde Navarrete a Nájera

Paisaje de Navarrete a Nájera (fotografía cedida en Flickr por Giovanni Riccardi bajo las siguientes condiciones)

Pero antes de alcanzar Nájera, tras cruzar la N120 por un paso subterráneo, veremos por el camino a nuestra izquierda el Poyo de Roldán.

Primero dejaremos a la izquierda la colina a la que se refieren como el poyo y, un poco más adelante, vemos un cartel explicativo que recuerda la leyenda de Roldán contra el gigante Ferragut acontecida en esa colina y que en Tournride os reflejamos de manera resumida en unas líneas. Recordamos que Roldán era sobrino de Carlomagno, el emperador de los francos. Es un personaje histórico, aunque sus gestas militares han pasado a la historia conformando una especie de leyenda mítica sobre su vida.

Aquí se recuerda como un día llegó a oídos de Carlomagno que en estas tierras había un gigante sirio llamado Ferragut que proclamaba la supremacía del islam frente al cristianismo. Sabiendo esto, Carlomagno envió a un grupo de soldados para matarlo, que lucharon con él durante días sin éxito. Llegó un momento en el que Roldán pidió a su tío luchar y así lo hicieron, durante dos días y dos noches. Extenuados, los dos contrincantes hicieron una parada y comenzaron a charlar sobre sus religiones. Se generó un ambiente distendido entre ellos y el gigante confesó a Roldán algo que le terminaría por costar la muerte: le dijo que su único punto débil era su ombligo. Roldán atacó en ese punto cuando volvieron a la lucha y derrotó al enemigo.

Esta leyenda se encuadra históricamente en la lucha por expulsar a los musulmanes de la península durante la Reconquista, cuando se usó muchas veces la figura de Roldán como un gran defensor del cristianismo cuya supremacía militar se relacionaba con la superioridad del cristianismo.

EL capitel románico localizado en la iglesia de San Juan de Acre

Capitel románico de San Juan de Acre con la escena de Roldán y el gigante Ferragut (fotografía cedida por Javier Regay bajo las siguientes condiciones)

LLEGAMOS A NÁJERA: “PEREGRINO: EN NÁJERA, NAJERINO”

Esta localidad de gran tradición jacobea nos recibe con ese mensaje pintado en una casa de labranza a la entrada del pueblo, una bonita manera de entrar sintiéndonos como en casa en nuestro kilómetro 27,5 de etapa.

Entramos por el este y cruzamos el río Najerilla por el puente de piedra atribuido a San Juan de Ortega, impulsor de infraestructuras del Camino entre los S. XI y XII (aunque el puente ha sido reformado).

Ya en la orilla oeste, no podemos dejar de visitar el Monasterio de Santa María la Real, panteón de antiguos reyes de Navarra. Lo mandó fundar en 1052 el rey Don García Sánchez II, después de conquistar ese territorio a los musulmanes. Lo dedicó a la Virgen porque en ese lugar hacía un tiempo ésta se le había aparecido al rey en una cueva, cuando él estaba de caza. El monasterio fue gestionado por Cluny hasta el S. XIX, hoy es franciscano.

Monasterio de Santa María la Real donde se localiza el Panteón de Nájera

Panteón en el monasterio de Santa María la Real en Nájera (fotografía cedida en Flickr por Antonio Periago Miñarro bajo las siguientes condiciones)

A los pies de la iglesia está la cueva en donde ocurrió la leyenda de la Virgen. En su entrada está el panteón real de reyes de Navarra, con doce enterramientos con majestuosas tumbas talladas de entre el S. X y el XII.

La iglesia se encuentra entre los estilos gótico y renacentista. Llama mucho la atención el claustro, una verdadera joya, en donde también hay enterrados muchos nobles. Vale la pena su visita (avisamos de que tiene un coste de 4€).

Claustro de piedra en el monasterio de Santa María la Real

Claustro del monasterio de Santa María la Real (fotografía cedida en Flickr por Giovanni Riccardi bajo las siguientes condiciones)

En Nájera también vale la pena disfrutar del entorno natural del Najerilla, enclavado entre impresionantes paredes de tierra roja. En esta localidad conviven armoniosamente un paraje impresionante con grandes monumentos en piedra como el monasterio que hemos visto.

Cuevas de tierra verticales en la localidad de Nájera

Cuevas en las paredes verticales de tierra de Nájera (fotografía cedida en Flickr por Drcymo bajo las siguientes condiciones)

Si nos vemos con fuerzas y queremos ver unas vistas impresionantes del lugar, podemos subir al alcázar de Nájera antes de irnos. Está entre el castillo de la Mota y el pueblo. Su origen, igual que el del castillo, es musulmán. En el S. XVI se rehabilitó para ser residencia palacial, pero a finales de ese siglo dejó de estar ocupado y comenzó a deteriorarse hasta que en el S. XVII ya casi sólo quedaban ruinas.

Gracias a las distintas campañas arqueológicas realizadas se han podido sacar a la luz numerosos restos, hoy salvaguardados en museos. A pesar de que “in situ” no quede mucho del glorioso pasado, las vistas y el paraje natural que nos rodean vale la pena.

EN AZOFRA DECIDIMOS (O NO) DESVIARNOS A SAN MILLÁN DE LA COGOLLA

Salimos de Nájera subiendo una cuesta asfaltada por la calle Costanilla. Pronto entramos ya en una pista de buen firme de tierra que en 5,5 km nos llevará a Azofra, en perfil suave.

En Azofra entramos por su calle mayor, que como en muchos pueblos jacobeos cruza toda la localidad y coincide con el Camino de Santiago. En Azofra encontraremos todos los servicios que necesitemos y deberemos tomar la decisión de desviarnos para visitar San Millán de la Cogolla. Si decidimos ir a verlo, haremos 33 km hasta Santo Domingo de la Calzada. Si seguimos recto, 12 km.

¿Qué es lo que nos espera si decidimos hacer el esfuerzo de sumar 21 km a nuestro camino para visitar San Millán de la Cogolla? Pues uno de los conjuntos monacales más impresionantes de toda España, formado en realidad por dos monasterios que en un principio estaban diferenciados: el de Suso y el de Yuso. Todo el conjunto es Patrimonio de la Humanidad desde 1997.

Imagen del Monasterio de San Millán de la Cogolla con su jardín

Monasterio de San Millán de la Cogolla (fotografía cedida en Flickr por Jose Manuel Armengod bajo las siguientes condiciones)

El origen del conjunto lo encontramos en el S. V, cuando en tierras riojanas nace Emiliano, un eremita que dedicó toda su vida al servicio del cristianismo, por lo que fue canonizado y hoy lo conocemos como San Millán.

Cuando Emiliano muere, sus restos se llevan a una cueva en ese lugar, que luego se convierte en una iglesia y después en el centro de una comunidad monástica. Hay que tener en cuenta que esta comunidad no era como las comunidades monacales que hoy conocemos, sino que seguía la regla mozárabe y era mixta, convivían en ella hombres y mujeres. Esto fue muy normal en la península ibérica hasta el S. IX.

Camino con el Monasterio de Suso al fondo

Monasterio de Suso (fotografía cedida en Flickr por Aherrero bajo las siguientes condiciones)

En el S. XI Don García Sánchez II, el mismo rey que mandó edificar Santa María la Real, ordena llevar los restos del santo a Nájera. Pero, por un milagro, los que lo portan se quedan “clavados” sin poder moverse, lo que se interpreta como que el santo no quería irse del lugar.

Por eso, el rey manda construir al lado del Monasterio de Suso otro monasterio para dejar ahí los restos y se construye el monasterio de Yuso. Este monasterio ya sigue la regla benedictina y es sólo masculino. Los dos conviven al lado del otro hasta el año 1100 cuando se juntan y comienza su época de esplendor.

Imagen antigua del monasterio de Yuso

Monasterio de Yuso (fotografía cedida en Flickr por Mario Martí bajo las siguientes condiciones)

Este época dorada se materializó, sobre todo, en una increíble producción de códices, la mayoría guardados hoy en una inmensa biblioteca en el monasterio que se puede visitar. De hecho, se considera que aquí surgió la lengua castellana codificada tal y como la entendemos hoy en día, porque un monje en este “scriptorium” fue el primero que escribió en lengua castellana en uno de estos códices. Es algo muy significativo porque, en ese momento, el latín era la lengua “culta” y por lo tanto la única que se escribía. El castellano, en cambio, era la lengua popular y al no escribirse no estaba ni reglada ni codificada. Al comenzar a escribirse se empieza a formar el castellano tal y como hoy lo hablamos.

Interior del monasterio de Yuso, la biblioteca de San Millán de la Cogolla

Biblioteca de San Millán de la Cogolla, en el monasterio de Yuso (fotografía cedida por Rafael Nieto)

Además de la importancia histórica de este conjunto, el lugar es impresionante desde el punto de vista artístico y arquitectónico, por lo que la visita en conjunto se vuelve una delicia. Desde Tournride aconsejamos informarse antes de emprender la visita a los monasterios, para evitarnos el disgusto de llegar y que, por ejemplo, sea lunes y estén cerrados.

DE AZOFRA A SANTO DOMINGO DE LA CALZADA

Salimos de Azofra por el noroeste siguiendo una pista asfaltada que en unos metros pasa a ser de tierra, pero de buen firme. Seguimos hasta llegar a la A12 y, tras recorrer 1 km por el lado de la autovía, llegamos a una rotonda de la que sale la L207. Cruzamos al otro lado de esta carretera para seguir por una pista de tierra.

Unos 50 metros después de cruzar la carretera vemos una bifurcación. Aquí es donde debemos escoger si queremos seguir recto para pasar por Cirueña o girar a la derecha para ir directos a Santo Domingo de la Calzada.

Salida de Nájera por a través de una pista de tierra

Pista de tierra a la salida de Nájera (fotografía cedida en Flickr por Giovanni Riccardi bajo las siguientes condiciones)

Si decidimos ir por Cirueña, deberemos ir por una pista de tierra en rampa suave durante unos 5 km hasta llegar a una gran urbanización con un campo de golf, de construcción reciente. Al norte de esta urbanización está Ciriñuela, el núcleo antiguo. Entre los dos está la ermita de la Virgen de los Remedios, templo de construcción reciente en mampostería y ladrillo, con un interior sencillo y en colores pastel.

Realmente, la distancia que se recorre pasando o no por Ciriñuela no varía mucho, tan sólo se suman unos 2 km, pero el paseo es mucho más agradable cogiendo el desvío. Si seguimos recto iremos todo el tiempo casi pegados a la autovía, en vez de por caminos de buen firme entre grandes campos de viñedos.

UN PASEO DE UNA TARDE POR SANTO DOMINGO DE LA CALZADA, “DONDE CANTÓ LA GALLINA DESPUÉS DE ASADA”

Entramos en Santo Domingo de la Calzada por la calle San Roque, al este. Como siempre, en Tournride os contamos un poco la historia del lugar fin de etapa y os proponemos un paseo corto en el que podáis conocer un poco el lugar.

En este caso, el paseo dura 15 minutos y en él podréis ver los principales monumentos del lugar recorriendo menos de 1 km. Pinchad aquí para ver el mapa de recorrido del paseo.

¿Os animáis?

Personas entrando a Santo Domingo de la Calzada a través de un camino de tierra

Camino de entrada a Santo Domingo de la Calzada (fotografía cedida en Flickr por Alberto Cabrera bajo las siguientes condiciones)

Lo primero: conozcamos la vida de Santo Domingo, patrón de los ingenieros

El surgimiento de la localidad de Santo Domingo de la Calzada se relaciona con la vida y obra de Domingo García, un hombre que en el S. XI dedicó su tiempo a construir infraestructuras para facilitar el camino a los peregrinos.

Según se dice, lo que hoy es Santo Domingo de la Calzada era en el S. XI un bosque de encinas al lado del río Oja. Un ermitaño llamado Domingo vivía en ese bosque, retirado a su espiritualidad porque no había sido admitido en el monasterio benedictino de San Millán de la Cogolla. Él veía cada día las dificultades que tenían los peregrinos para sortear los accidentes geográficos en aquellas tierras, en un momento en el que el Camino estaba en todo su esplendor. Junto a un obispo, que también se propuso ayudarles, Domingo construyó un puente de madera sobre el río Oja.

Cuando el obispo murió, Domingo siguió creando infraestructuras, la más conocida una calzada de piedra que terminó dando nombre a la localidad actual en su honor. Cambió el puente de madera por uno de piedra y construyó un albergue e iglesia.

Entrada de la catedral de Santo Domingo

Portada sur de la catedral de Santo Domingo, donde se encuentran los restos del santo (fotografía cedida en Flickr por Antonio Periago Miñarro bajo las siguientes condiciones)

Todo esto dio un impulso económico y poblacional al burgo que se estaba creando, en ese momento, potenciando el asentamiento de comerciantes. El rey Alfonso VI, viendo lo provechoso que era esto, decidió darle a Domingo la dirección de otras obras del Camino y él y su discípulo Juan de Ortega siguieron realizando diferentes infraestructuras. Por esto, Santo Domingo es hoy el patrón de los ingenieros de caminos, canales y puertos.

Milagros de Santo Domingo

La dedicación y el carácter solidario y afable de Domingo, que le hizo ser muy conocido por pobres y ricos durante sus 90 años de vida, han hecho que con el paso del tiempo se le hayan atribuido múltiples milagros a este santo. Muchos de ellos en vida y otros de curaciones de peregrinos cuando visitaron su sepulcro.

Su milagro más conocido es el del gallo y la gallina. Esta historia cuenta cómo una familia con un hijo joven que peregrinaba a Santiago paró en el hospital de peregrinos que Domingo había construido. La hospitalera se enamoró del chico, pero este no le correspondía y, despechada, ella le escondió un objeto de valor del albergue en la mochila al joven, acusándole de robarlo cuando se fue con su familia del lugar.

El chico fue condenado a la horca, sentencia que se cumplió. Pero, después de que se le ahorcase, sus padres se acercaron y escucharon como les hablaba y les decía que estaba vivo gracias a Domingo. Los progenitores corrieron a decírselo al corregidor, sabiendo que ante tal milagro iba a exculpar a su hijo. Cuando éste escuchó su historia, les dijo jocoso que seguro que el joven estaba tan vivo como la gallina (ya asada) que se disponía a comer. De pronto, la gallina revivió y el corregidor, asombrado, exculpó al chico.

Escultura de Santo Domingo en el interior de la catedral

Talla de Santo Domingo en la catedral, con esculturas de un gallo y una gallina a su lado (fotografía cedida en Flickr por Rowanwindwhisler bajo las siguientes condiciones)

De ahí el lema del pueblo de Santo Domingo de la Calzada, “donde cantó la gallina después de asada”.  En honor a esta historia, se guardan en la catedral de la localidad una gallina y un gallo vivos que se cambian cada 15 días y durante las fiestas patronales de la localidad se comen “ahorcaditos”, unos dulces típicos.

Comenzamos nuestro paseo por la Calle Mayor…

Empezamos a caminar por el lado este del pueblo, entrando por su calle Mayor, en cuyo centro está el complejo que en su día inició Santo Domingo y que también visitaremos. 

A pocos metros de comenzar a andar, nos encontramos a nuestra izquierda con un gran edificio de piedra: es el monasterio de Nuestra Señora de la Anunciación, del S. XVII. Esta abadía cisterciense tiene un albergue de peregrinos (gratuito) y una hospedería que usan las monjas como medio de vida.

Seguimos caminando y en unos metros vamos a pasar por la oficina de información turística, donde si queremos podemos hacer una parada para conseguir un plano o mayor información.

En unos 60 metros a nuestra izquierda se abre la plaza de la Alameda, un pequeño rincón verde donde relajarnos si lo necesitamos. Al otro lado de la calle está un edificio muy especial: la casa de la Cofradía del Santo. Está formado por varios edificios, desde el S. XVI hasta un albergue moderno y tiene un gran material en exposición sobre la vida del santo. En este lugar es donde se crían las aves que luego se llevan a la catedral para recordar el milagro de Santo Domingo.

Calle Mayor de Santo Domingo de la Calzada

Calle Mayor de Santo Domingo de la Calzada (fotografía cedida en Flickr por Guillén Pérez bajo las siguientes condiciones)

LLegamos a la Plaza del Santo: torre, catedral y parador

En el centro del pueblo se encuentra la catedral de Santo Domingo. Su portada sur se abre a una plaza en la calle Mayor, donde hay una gran torre.

La Torre Exenta es la más alta de La Rioja y no es otra cosa que el campanario de la catedral. Es raro que el campanario se separe del edificio principal, pero se cree que en este caso se hizo porque el terreno era poco firme (por estar cerca del río) y este era el mejor lugar para aguantar tanto peso. De hecho, se dice que para ayudar a cimentar la torre se añadieron al terreno restos de huesos de animales. Antes que esta torre barroca hubo otra románica y gótica, destruidas por un incendio y por su mal estado, respectivamente.

El ticket de entrada de visita a la catedral puede incluir también la entrada a la torre exenta, que desde su último piso ofrece unas vistas espectaculares del entorno. Desde Tournride recomendamos que optéis por subir, ya que vale mucho la pena.

Torre exenta de la iglesia de Santo Domingo de la Calzada

Torre exenta de Santo Domingo de la Calzada (fotografía cedida en Flickr por Jose Luis Cernadas Iglesias bajo las siguientes condiciones)

Al lado de la torre vemos la entrada a una pequeña ermita, la ermita de Nuestra Señora de la Plaza. Se dice que se construyó sobre un antiguo oratorio que había hecho el santo con sus propias manos. El aspecto que tiene hoy en día es resultado de la superposición de diferentes obras hasta 1710.

Enfrente de la torre está uno de los dos paradores que hay en la localidad. El Parador ocupa lo que antiguamente era un hospital de peregrinos, realizado por Santo Domingo. Llama la atención su vestíbulo, con muchos arcos góticos y un techo artesonado de madera.

Entramos en la catedral de Santo Domingo de la Calzada

En la plaza del santo veremos la portada sur de la catedral. En este brazo del templo es donde se encuentra el sepulcro de Santo Domingo y el gallinero en donde se conservan un gallo y un gallina para no olvidar sus milagros.

Entrada de la catedral de Santo Domingo de la Calzada con esculturas de piedra de los santos

Portada sur de la catedral (fotografía cedida por la Catedral de Santo Domingo de la Calzada)

Esta misma catedral que hoy visitamos tiene su origen en aquel primitivo templo que Domingo García construyó en el S. XI cerca del río Oja, junto a un hospital. La creciente importancia de este núcleo en el Camino de Santiago fue haciendo que sucesivas reformas se sumasen a esa construcción inicial hasta llegar a formar lo que vemos hoy en día.

La relevancia que el lugar fue cobrando se puede ver no sólo en cómo esta se fue tallando en piedra, sino también en el rango que la primitiva iglesia fue acogiendo. Ya en 1106 se aumentó su rango a colegiata y en el S. XIII la sede episcopal se trasladó de Calahorra a Santo Domingo, por lo que el templo se convirtió en catedral.

Imagen con la Torre exenta y restos de la muralla

Torre exenta y restos de la muralla (fotografía cedida por la Catedral de Santo Domingo de la Calzada)

El resultado de todo esto es un templo de grandes dimensiones con planta de peregrinación en cruz latina, formado por una mezcla de estilos que atañen desde el románico hasta el barroco que encontramos, por ejemplo, en la torre exenta.

La planta de peregrinación es un tipo de forma de templo que incluye una especie de pasillo que bordea las naves y la girola, de manera que se puede recorrer todo el interior pegado a los muros sin intervenir en ningún momento en lo que pasa en la nave central y en el crucero. Así, se puede visitar el sepulcro de la iglesia sin molestar si está teniendo lugar misa en ese momento. La catedral de Santiago también tiene este tipo de planta.

 Crucero y ábside de la catedral de Santo Domingo de la Calzada

Crucero y ábside de la catedral (fotografía cedida por la Catedral de Santo Domingo de la Calzada)

En la catedral de Santo Domingo os animamos a que abráis bien los ojos para fijaros en la decoración que hay en los capiteles de las columnas, sobre todo en las del ábside. Tanto en el interior como en el exterior hay todo un programa iconográfico tardorrománico impresionante, con escenas de animales fantásticos y representaciones de pasajes de la Biblia. Los expertos lo consideran uno de los mejores y más completos de esta época.

Un capitel del ábside de la catedral

Detalle de un capitel del ábside de la catedral (fotografía cedida por la Catedral de Santo Domingo de la Calzada)

En la parte norte de la catedral se encuentra el claustro, que hoy acoge el Museo Catedralicio. Si os interesa la historia del lugar y el arte sacro, no dudéis en visitarlo. Horarios y precios de la visita a la catedral y al museo aquí. Además, en el brazo sur de la catedral también veremos el gallinero donde se guardan el gallo y la gallina que recuerdan el milagro del santo. 

Escultura de un gallinero en el interior de la catedral de Santo Domingo de la Calzada

Gallinero de la catedral (fotografía cedida por la Catedral de Santo Domingo de la Calzada)

Entre restos de murallas y antiguos conventos, terminamos nuestro paseo con lo mejor de la gastronomía riojana

Bordeamos el ábside de la catedral y llegamos a la Plaza de España, donde está el ayuntamiento. Lo más característico del edificio son los soportales abiertos a la plaza por arcos rebajados, donde los comerciantes solían apostarse para vender sus productos bajo cubierto con el resguardo de la muralla tras ellos. Cuando el ayuntamiento se trasladó al piso superior, este comenzó a ampliarse sucesivamente hasta que durante el barroco se le dio la forma que tiene hoy en día.

Plaza del ayuntamiento de Santo Domingo de la Calzada con gente

Ayuntamiento de Santo Domingo de la Calzada (fotografía cedida en Flickr por Rubén Vique bajo las siguientes condiciones)

Desde la plaza salimos a la Avenida Burgos, que rodea lo que antiguamente sería la muralla que protegía el núcleo antiguo de Santo Domingo de la Calzada. De hecho, unos metros más adelante veremos unos restos de ella bastante bien conservados.

Las murallas de esta población sumaban más de 1,5 km de perímetro en total, con una media de 12 metros de altura, 38 torreones y siete puertas. Lo que hoy vemos en la Avenida de Burgos son los restos de uno de esas torres y de parte de los gruesos muros que protegían Santo Domingo.

Seguimos bordeando el núcleo antiguo hasta llegar al Parador de Santo Domingo Bernardo de Fresneda. Se construyó en el S. XVI para acoger a una comunidad franciscana, pero en el S. XIX con la desamortización el lugar se abandonó. Hoy en día ha sido reformado y acoge un Parador con restaurante. También parte del lugar se usa como taller para restaurar obras de arte.

La iglesia de San Francisco acoge el sepulcro de Fray Bernardo de Fresneda, que fue arzobispo y confesor de reyes como Felipe II o Carlos V. Él mismo puso muchos medios para reformar la iglesia que acogería su tumba y su esfuerzo hace que hoy su visita valga la pena. Especial atención al crucero de la iglesia, un buen ejemplo renacentista.

Nos encontramos en la Avenida de Juan Carlos I, el lugar perfecto para terminar nuestro paseo en Santo Domingo de la Calzada, porque en esta calle y en la paralela se concentran la mayoría de locales de restauración. Encontraréis ofertas para todo tipo de bolsillos y podréis probar platos típicos como el bacalao o las patatas a la riojana. Para beber, por supuesto, una buena copa de Rioja.

Mañana cambiamos de comunidad de nuevo, entramos en Castilla y León y pedalearemos hasta alcanzar Burgos, otra de las grandes ciudades jacobeas. ¡Buen camino!

Historia de la peregrinación a Santiago de Compostela

Decía Jacinto Benavente que «una cosa es continuar la Historia y otra repetirla«. Por eso en Tournride hemos decidido acercaros hoy, de manera sencilla, la crónica de acontecimientos que llevó al nacimiento del Camino de Santiago y que lo engrandeció hasta convertirlo en lo que es hoy. Porque queremos que sepáis que peregrinar es formar parte de una Historia milenaria y en permanente evolución: la meta continúa siendo la misma, Santiago de Compostela, pero la Historia cambia con la suma de las vivencias de las personas que recorren sus caminos.

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Nuestra historia comienza cuando Santiago el Mayor viene a la Península Ibérica en el S. I d.C. a predicar y sigue cuando, después de morir en Jerusalén, sus discípulos traen sus restos de nuevo al mismo lugar. Sin embargo, para que la peregrinación se convirtiese en el «fenómeno de masas» que fue durante la época medieval, se necesitaba mucho más.

Por ello, para comprender por qué la Iglesia y la Corona hicieron tantos esfuerzos por patrocinar el Camino de Santiago y hacerlo grande, debemos entender cómo se forjó la inventioel descubrimiento de los restos del Apóstol Santiago en el S. IX d.C. En ello tuvo mucho que ver la situación política y religiosa que dominaba la península ibérica en ese momento, con los árabes arrebatando territorio al cristianismo.

Primero Santiago el Mayor vino a Gallaecia…

Se dice que tras la crucifixión de Cristo en el año 33 d.C. en Jerusalén, los 12 apóstoles fueron a predicar a diferentes lugares del mundo. Santiago el Mayor viajó hasta lo que en aquel momento los romanos denominaban Gallaecia, que ocupaba un poco más del territorio de lo que actualmente es Galicia, en el noroeste de la península ibérica. Allí se encontró con una población autóctona politeísta que no le facilitó su labor predicadora pero, aun así, él no desistió e incluso llegó a conseguir que siete discípulos le acompañasen cuando decidió volver a Jerusalén.

La Virgen y su barca de piedra

De su etapa en Gallaecia, es especialmente conocido el episodio que tuvo lugar en Muxía cuando, desesperado por la obcecación politeísta de los nativos y su reticencia a convertirse al cristianismo, miró al mar y pidió a la Virgen que le ayudase en su labor. En ese momento, la Virgen salió del mar navegando en una barca de piedra, sobrecogiendo a todos los presentes y ayudando a que los allí presentes se convirtiesen.

Hoy en día, podemos encontrar lo que se cree que son los restos de la propia barca de piedra de la Virgen en ese punto de la denominada «Costa da Morte» y, de hecho, la extensión del Camino de Santiago que lleva a Fisterra también conecta con la villa marinera de Muxía. El mismo esquema de aparición de la Virgen tras la petición de ayuda del apóstol también lo encontramos en Zaragoza, cuando la Virgen se le apareció a Santiago encima de una columna.

Iglesia de Muxía (Camino Fisterra-Muxía)

Iglesia de Muxía (Camino Fisterra-Muxía)

Tras este milagro de la Virgen del Pilar, el santo volvió a Jerusalén en el 44 d.C., donde continuó con su labor predicadora. Desafortunadamente, al igual que Jesucristo, se encontró con la oposición de Herodes. Éste terminó por ordenar su martirio y decapitación en el año 46 d.C y, además, tiró sus restos fuera de la muralla y prohibió sepultarlo, ya que el enterramiento es algo propio del cristianismo. Como Santiago era consciente de que todo esto podía ocurrir, antes de su muerte había pedido a sus discípulos que recogiesen sus restos y lo enterrasen lo más lejos posible de Jerusalén.

Después de su decapitación

De esta manera, tras su decapitación sus siete seguidores llevaron su cuerpo hasta Haifa, un puerto donde milagrosamente hallaron un barco sin tripulación preparado para partir que, guiado por un ángel, les llevó hasta el lugar en donde el apóstol había predicado en vida: Gallaecia, área del finis terrae romano, el fin del mundo conocido y, según su concepción, el lugar más lejano al que se podía llegar desde Jerusalén. Dejando detrás la actual Fisterra, remontaron el río Ulla entrando por la ría de Arousa y terminaron cerca de Iria Flavia. Allí ataron la barca a un miliario romano (una columna cilíndrica que en tiempos romanos servía para marcar las distancias en los caminos) denominado pedrón, que hoy se guarda en  la iglesia de Santiago en Padrón, localidad cuyo topónimo deriva de este hecho.

El "Pedrón", en la iglesia de Santiago de Padrón (fotografía cedida por Turismo de Santiago)

El «Pedrón», en la iglesia de Santiago de Padrón (fotografía cedida por Turismo de Santiago)

Llegados a este punto, los discípulos necesitaban un medio de transporte para poder cargar los restos de Santiago por tierra y enterrarlos en el lugar que les estaba marcando una estrella. Se dice que le pidieron ayuda a la mítica reina Lupa y al gobernador de Fisterra pero que, en un principio, no se la dieron e incluso llegaron a verse presos en una cárcel cercana a la actual Ponte Maceira, de la que pudieron escapar y en donde milagrosamente el puente que allí había se cayó cuando lo dejaron atrás mientras por él cruzaban los soldados romanos que los perseguían. Finalmente, Lupa consintió en prestarles unos bueyes para que llevasen el cuerpo del apóstol hasta el lugar donde lo enterraron, hoy la actual ciudad de Compostela pero, en aquel momento, un valle de un bosque denominado Libredón.

Ponte Maceira hoy en día

Ponte Maceira hoy en día. Dice la leyenda que el actual puente lo construyeron los ángeles, después de la milagrosa caída del anterior en la huida de los discípulos de Santiago. (Fotografía cedida por Amainos desde Flickr bajo las siguientes condiciones. No ha sido modificada)

Durante ocho siglos los restos permanecen ocultos y se forja la inventio

Ocho siglos más tarde (se dice que entre el 813 y el 830), un eremita llamado Pelayo que vivía en soledad en aquel bosque de Libredón vio caer una lluvia de estrellas en un valle. Intrigado, decidió acercarse para ver qué ocurría en ese lugar y, de esa manera, descubrió la sepultura del apóstol. El propio nombre de la ciudad que surgió en torno a sus reliquias nos remite a este episodio, la actual Santiago de Compostela es el lugar de Santiago hallado en el «campo de estrellas», es decir, campus stellae.

Tras descubrir la tumba del apóstol Pelayo se lo comunicó al obispo Teodomiro quien, a su vez, se lo transmitió al rey Alfonso II. Éste  decidió ir al lugar santo realizando un viaje que se convirtió en la primera peregrinación real a Santiago. Hoy, el sendero que recorrió se corresponde con el Camino Primitivo, que debe a este hecho su nombre.

Al llegar a Santiago, el monarca ordenó construir una pequeña ermita sobre la tumba del apóstol que, con el paso de los años, aumentó en magnitud a modo de caja fuerte histórica, reteniendo el preciado tesoro en su interior y multiplicándose proporcionalmente al crecimiento de las vías que conectaban el territorio occidental para facilitar la llegada a la ciudad. Hoy, la monumental ciudad vieja de Santiago de Compostela, declarada por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad, es el resultado de esa superposición histórica de arte y arquitectura.

Plaza del Obradoiro de noche (fotografía cedida por Turismo de Santiago)

Plaza del Obradoiro de noche (fotografía cedida por Turismo de Santiago)

A este episodio de descubrimiento de las reliquias se le denomina inventio («revelación»). En realidad, la primera fuente que narra todos estos episodios es de casi dos siglos más tarde de que ocurriese todo esto, del S. XI. Debemos preguntarnos qué es lo que estaba ocurriendo en la península ibérica en el S. IX para que, precisamente, se descubriesen los restos del santo en ese momento y no en otro.

Inventio, justo antes de la Reconquista

Para ello nos remitimos a la situación histórica que se genera en la península ibérica tras el 711, cuando los árabes comienzan a conquistarla. Tan sólo unos años después de que comenzasen a ganar territorio, en toda la península sólo quedaba un reducto cristiano en el Norte. Fue una conquista bastante pacífica y, además, en el territorio conquistado los cristianos podían seguir llevando a cabo sus tradiciones y ritos católicos a cambio del pago de un impuesto a  los gobernantes árabes.

En ese momento, el descubrimiento de unas reliquias que igualasen en importancia un lugar en la península a Roma o Jerusalén fue muy conveniente. Tened en cuenta que Santiago es uno de los 12 apóstoles y, por lo tanto, una de las personas más cercanas a Jesús en vida. El descubrimiento de sus restos recordó a todas las personas que estaban en el territorio conquistado que una misma religión las unía y les diferenciaba del conquistador islamista y sirvió para  unificar la lucha contra el enemigo invasor y comenzar a recuperar territorio. Por eso desde sus inicios el camino se patrocinó por el rey y por la Iglesia, ya que a ambos les convenía de alguna manera: el primero recuperaba territorios y el segundo luchaba contra una de las otras principales religiones monoteístas (que, habiendo nacido hacía poco, estaba instaurada ya en un gran territorio).

También hay que tener en cuenta que la inventio tiene lugar menos de 200 años antes al del año 1000 y que en ese momento ya comenzaba a reinar lo que se ha denominado el «terror milenario». Se pensaba que en ese momento el mundo podía terminarse y, por lo tanto, hacer cualquier cosa que pudiese ayudar a la salvación del alma tenía un gran calado entre todos los cristianos. Y, gracias al patrocinio papal, peregrinar a Santiago redimía de los pecados cometidos.

Empieza la peregrinación a Santiago

Para comenzar, no podemos pensar que el hecho de que se descubriesen los restos y de que hubiese un patrocinio político y religioso de el Camino necesariamente tenía que dar como resultado que en los siglos siguientes miles de personas decidiesen ir hacia Santiago. ¿Por qué dejar todo y emprender un viaje que en ese momento era tan peligroso? ¿Por qué las reliquias y las peregrinaciones hasta ellas eran tan importantes en la Edad Media?

Las reliquias, ese «algo» material para el cristianismo

Quizás hoy sea un poco complicado de entender, pero no debemos olvidar que el cristianismo es una religión compleja que incluye conceptos muy abstractos, como el de Trinidad o Espíritu Santo. Antes, con el politeísmo, se deificaban fenómenos o materiales que se podían ver y tocar, como el agua o el sol. Pero en el cristianismo hay muy pocas cosas tangibles. Por eso la Fe es tan importante: no se puede «ver» a Dios como antes se veía el sol o el agua. Hay que creer. Por eso, las reliquias de santos cobraron tanta importancia. En una sociedad regida por el cristianismo, las reliquias eran ese «algo» material, visible. Recordaban que si tus actos eran lo suficientemente buenos en vida, podías dejar de ser del todo humano y acercarte a Dios.

Tanto valía la peregrinación a Santiago de Compostela que podía redimirte de todos tus pecados. Y, por ello, desde que en el S. IX comienza la peregrinación se ha mantenido a lo largo de los siglos un flujo incesante aunque variable de peregrinos. El patrocinio regio y religioso (principalmente papal y de la orden de Cluny, que diseminó por toda la ruta del itinerario francés monasterios y hospitales que daban servicios a los peregrinos) consiguió dotar de importancia a este camino de peregrinación, cuyo final igualaba en importancia a Roma o Jerusalén.

numento a los peregrinos en el Alto del Perdón. Camino Francés

Monumento a los peregrinos en el Alto del Perdón. Camino Francés.

La edad de oro de la peregrinación

Durante la primera mitad del S. XII el obispo de Santiago, Diego Xelmírez, monumentaliza la catedral de Santiago de Compostela y en ese siglo y el siguiente el flujo de peregrinos a Santiago es excepcional.

A pesar de que durante el Renacimiento y la Contrarreforma (S. XV-XVI) decae la peregrinación y se cierran las fronteras con el resto de Europa por miedo a que la difusión del Luteranismo llegase a España, en el barroco la peregrinación vive una «edad de oro» y Santiago de Compostela es objeto de una renovación arquitectónica y urbanística pensada para sobrecoger a los peregrinos en su final de camino.

Durante la Ilustración, por la dudosa base científica del fenómeno de las reliquias, la peregrinación comienza a decaer pero en 1884 el papa León XIII promulga una Bula denominada Deus Omnipotens por la cual se oficializa la autenticidad de las reliquias de Santiago el Mayor en Compostela. Esto da un empuje a la peregrinación que, a pesar del avance de los medios de comunicación durante el siglo XX, no se ha perdido.

Plaza del Obradoiro y fachada barroca de la catedral (fotografía cedida por Turismo de Santiago)

Plaza del Obradoiro y fachada barroca de la catedral (fotografía cedida por Turismo de Santiago)

El Camino de Santiago, nuevos significados

Desde los años 80 hasta hoy en día, el número de peregrinos que deciden peregrinar a Santiago ha crecido casi exponencialmente. La narración de las intensas experiencias individuales vividas durante el Camino, tanto en forma de «boca a boca» como mediante  nuevos soportes tecnológicos (blogs, redes sociales…) hacen crecer el deseo de vivir esa aventura en muchos otros que, quizás, no se lo habían planteado.

Y, lo más interesante, es que aunque lo que se siga haciendo siempre sea llegar a Santiago, la peregrinación como fenómeno nunca se repite, sino que continúa. Hoy en día, los motivos por los que se decide emprender el viaje son tantos como personas deciden realizarlo y, conjuntamente, dan un nuevo significado a este Viaje con mayúsculas que desde el S. IX mueve a gente de todas las nacionalidades hacia el antiguo finis terrae.

Decídete a peregrinar y forma parte de una Historia milenaria que habla de tradición, luchas políticas, creencias y, sobre todo, de esfuerzo e ilusión por conseguir una meta conjunta.

Sendero del Camino Francés

Sendero del Camino Francés